Ritual de higiene: Agua y jabón


LA CULTURA DEL AGUA

Somos herederos de dos culturas que han venerado el agua como elemento precioso para la vida, la civilización romana por un lado y la arábigo-andalusí por otro, ambas se distinguieron por su ingeniera hidráulica y su culto a la higiene corporal y el baño con una dimensión no solo cosmética sino también espiritual, purificarse para mantener la salud del cuerpo y acercarse también a lo divino.

Hoy hemos potenciado al máximo el culto al cuerpo y a la belleza estandarizada, nos hemos vuelto obsesivos de la asepsia y de la salud, pero hemos perdido la dimensión ritual y también el propósito fundamental de la higiene que no es otro que sentirse bien y hacer sentir bien a los demás.

En la era del gel hidro-alcohólico, la ducha de chorros a presión y las piscinas en todos los rincones, el gesto sencillo del agua clara y el jabón artesano nos devuelven a una verdad primigenia y a un contacto renovado con el propio cuerpo, por eso este ritual tan simple es la base del cuidado consciente.

LA FORMA MAS SENCILLA Y SOSTENIBLE PARA MANTENER UNA BUENA HIGIENE

Durante siglos, el jabón hecho solo con una base grasa y una base alcalina ha sido el principal aliado de la higiene y la asepsia, junto con el agua limpia. Los médicos siguen aconsejando lavar las heridas con agua y jabón antes de aplicar cualquier otro antiséptico. La sofisticación de la cosmética puede ofrecer muchas otras opciones para limpiar la piel, aguas micelares, lociones, fluidos, geles y un largo etcétera, pero cualquier tipo de piel y en cualquier estado en que se encuentre agradece el cuidado con agua fresca y un buen jabón artesano rico en sustancias nutritivas y con un pH respetuoso para la piel.

Con este método, que puede parecernos primitivo, no solo se eliminan impurezas lipófilas e hidrófilas, sino que también se respeta el manto lipídico de la epidermis, se activa la circulación y además puede ser un instante de placer, solo hay que hacerlo con un mínimo de atención.

LIMPIEZA CON AGUA Y JABÓN PASO A PASO

En la ducha: es suficiente con mojar toda la piel sin usar agua demasiado caliente, sino templada, usar un buen jabón con un máximo de ingredientes naturales y una buena base grasa como son los aceites vegetales de calidad, Oliva, Almendra o Jojoba entre otros. Deslizar la pastilla de jabón por todo el cuerpo, masajear suavemente sintiendo el movimiento de las manos y el aroma suave del jabón, es un verdadero placer. Aclarar con agua templada, y sobre todo ser conscientes de que el agua es un bien precioso, un buen jabón se aclara fácilmente sin dejar rastro y un par de minutos bajo la ducha son suficientes para dejar la piel limpia y fresca.

Para el rostro: humedecer bien la piel del rostro con agua templada, hacer un poco de espuma en las manos con la pastilla de jabón y masajear suavemente evitando el contacto con los ojos, aclarar con agua más bien fría para tonificar la piel y activar la circulación, secar bien con una toalla sin frotar. Es una limpieza sana, grata y que cuesta muy poco.

El Jabón Hidratante Suavizante de El Jardín de Hammam está hecho a mano y contiene un combinado de 7 aceites vegetales con un mayor porcentaje de Aceite de Oliva Virgen Extra al que se añaden, aceite de argán, aceite de almendras, aceite de pepita de uva, aceite de jojoba, aceite de coco y aceite de ricino, una base nutritiva e hidratante de gran riqueza que limpia en profundidad, respeta el manto lipídico y añade ingredientes emolientes y humectantes. Para que la función vaya acompañada del placer de uso, este jabón está perfumado con la fragancia icónica del HAMMAM AL-ÁNDALUS, a base de Ámbar rojo y Flor de Granado.

En muchos lugares de España el agua es escasa, nuestra cultura del agua implica su uso responsable y la conciencia de que es un elemento precioso y vital.

Cuidarse con las manos